miércoles, 5 de mayo de 2010

CON LA BOCA PEQUEÑA



CON LA BOCA PEQUEÑA


Me preguntó si yo me iba a morir. Le dije que sí. Me preguntó por qué. Le contesté: porque ya me estoy poniendo viejo y todo dentro de mí es como una casa vieja que hay que derrumbarla para darle paso a otra nueva. Me preguntó si tenía miedo y yo le contesté que no. Me preguntó si había nacido porque yo lo había querido y le respondí que, como él, no recordaba ni cuándo ni el por qué. Me preguntó si yo sabía mucho y le dije que no todo lo que debería y que aún me quedaba mucho por aprender. Me preguntó por qué quería aprender más si me estaba muriendo. Le dije que si dejaba de aprender entonces haber vivido era una tontería. Me preguntó si yo lo quería mucho y me eché a llorar. Me preguntó por qué lloraba y le dije que lloraba porque le quería con todo mi corazón. Entonces me miró con sus ojos grandes y esbozó una sonrisa con su boca pequeña.


Marco Antonio

5 comentarios:

  1. Es un regalo. Tanta belleza y ternura.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Una perla la foto
    una perla el poema.

    ResponderEliminar
  3. Determinantes y encantadores “me preguntó”. Más aún tus respuestas.
    Hay un lugar de encuentro, una especie de estación de tránsito, donde los seres que van a nacer coinciden con los de la misma familia que ya han acabado de vivir. Justo en ese punto ocurre algo sorprendente: los que regresan de haber vivido conceden a esos bocetos humanos alguna peculiaridad que sirva para recordar a sus seres queridos su paso por la vida y así se puede ver a un niño con las orejas de su abuelo o a una niña con el pie egipcio de su bisabuela o una manera singular de sonreír que recuerda a un tío paterno. Pero, en casos excepcionales, puede ocurrir que aunque no se tenga la misma sangre ni se coincida en esa punto, se invierta la donación y un niño nacido hace más de 6 años le regale a un hombre, que no ha acabado su aprendizaje, una sonrisa con la boca pequeña y el hombre le conceda su especial manera de entender la vida. Podría llamarse milagro pero es la sencilla realidad de alguien con nombre de emperador romano.
    Con cariño

    ResponderEliminar
  4. Marco Antonio contesta:
    Gracias Natalia. Gracias Mariluz
    menchu, esas son palabras profundas.Me da la impresión que de vez en cuando regresas a tu ombligo donde todo empezó en busca de un reencuentro. Yo también lo visito. Gracias

    ResponderEliminar