domingo, 2 de mayo de 2010

FENADEL


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Fenadel se había tomado unas vacaciones en la región de los Tules. Un lugar secreto rodeado de montañas donde vivían los osos verdes y pastaban las cabras de barrigas peludas. Los ríos y los lagos eran tan azules como el cielo y los prados cuajados de flores se parecían más a un arco iris que a la tierra donde los famosos enanos de Matuntel, la capital de Tules, criaban ardillas y escarabajos. No existían animales ni insectos como estos en ninguna parte del mundo. Las ardillas eran tan pequeñas que se acomodaban perfectamente en la palma de una mano, podían leer el pensamiento de los hombres y susurrar palabras en los oídos de los incrédulos. Los escarabajos eran todos morados, muy fáciles de distinguir por la raya amarilla que les cruzaba por el centro del caparazón. Traían suerte, mucha suerte o en el caso contrario, si los dejabas morir, la mala suerte te perseguiría por todos los rincones hasta el fin de tus días.
Fenadel era un enano y había nacido en Matuntel hacía poco menos de mil años…
…estaba, por tanto, en plena juventud. Los enanos matuntelienses vivían alrededor de los tres milenios.

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2 comentarios:

  1. …estaba, por tanto, en plena juventud. Los enanos matuntelienses vivían alrededor de los tres milenios.
    Fenadel había decidido tomarse un descanso antes de continuar con su experimento, en los últimos tiempos empezaba a dudar de la utilidad que pudiera tener para su aldea, nadie parecía confiar en que pudiera llevarlo a cabo, era absurdo dedicarse a otra cosa que no fuera la cría de ardillas y escarabajos, hasta su propia familia le animaba a abandonar el proyecto. Sólo había un enano en toda la comarca que confiaba en su trabajo: Margulón, el diminuto.
    Margulón y Fenadel se conocieron siendo niños……..

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  2. ...cuando Fenadel cruzaba el río saltando de piedra en piedra, mientras huía de sus compañeros de clase que le querían dar un escarmiento por ser diferente, y al pisar lo que suponía un pedrusco resultó ser la cabeza de Margulón que estaba sentado bajo el agua,mientras intentaba pensar como un pez. Al notar el pisotón saltó y salió a la superficie muy cabreado. Del susto, Fenadel cayó al agua y ambos acabaron igual de mojados. Desde ese día, los dos enanos niños compartían sus rarezas y su manera, tan diferente a la matunteliana, de ver la vida.
    Margulón y Fenadel idearon montar una granja-iglú para adaptar a algunos escarabajos al frío y así enviarlos a las regiones árticas donde, según habían oído contar, existían colonias de enanos matuntelienses que habían emigrado hacía mucho tiempo y que no conocían la prosperidad desde que se les murieron de frío los escarabajos que habían llevado de Matuntel. La idea era aclimatar algunos y así poder exportarlos a las zonas frías para que la buena suerte regresara, pero necesitaban material para construir la granja-iglú y nadie estaba dispuesto a apoyar el proyecto.
    Entonces.....

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