martes, 16 de noviembre de 2010




EL BRUJO CARIBEÑO

El orisha se introdujo de un salto en medio del círculo de idolatras. Comenzó su discurso gesticulando con sus largos y huesudos brazos señalándolos de uno en uno con su dedo índice. Continuó hasta asegurarse de que todos estaban bajo su influencia, al borde de la histeria, mesmerizados por su mirada de ojos amarillos. La audiencia guardó silencio, petrificada por el miedo que siempre les producía la presencia del santero.
—Esta noche vamos a sacarle el diablo a la mujé de Mariano — manifestó el brujo dibujando una horrible mueca con sus labios. Vamos a empezá sacrificando al gallo para lavarle el espíritu a esta mujé con su sangre, entonces me fumaré un tabaco de los que me traje de la Habana y le soplaré el humo en las narices pa purificarle los pulmones. Toma nota Gumersindo, que la oración a Obatalá es pa invocar a los muertos mientras yo me enjuago la boca con el ron y le echo un buche en los ojos pa limpiarla de la visión de ese demonio que lleva escondío en la cabeza. Córtale el cuello al animá que se está poniendo muy inquieto.
Entonces, de sorpresa, El Oricha plantó sus dos huesudas manos sobre la cabeza de la mujer de Mariano y le gritó al tope de sus pulmones:
— ¡En nombre de Ochún, Changó y Eleggua despréndete de este cuerpo y regresa por donde viniste!
A la mujer se le pusieron los ojos como platos, comenzó a temblar y se resbaló de la silla dándose tal golpe en la cabeza que ocasionó que su cuerpo quedara tieso e inmóvil. Cuando llegó el médico de turno certificó que la mujer de Mariano había muerto de un sincope cardiaco. Posiblemente causado por un susto.

Marco Antonio

7 comentarios:

  1. Ay, Marco, que ya te echaba de menos.

    Buenísimo.

    Besos.

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  2. Gracias Nati. Sin ti estas cosas no tienen sentido.

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  3. Entrañable relato de una sociedad con restos paganos y superticiones milenarias.
    Lo que menos me gusta es eso de tirar un poco de ton "pa Sangú".

    Un abrazo

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  4. Hola Marco Antonio:
    Me he metido en tu blog gracias al mail que me enviaste sugiriéndome esta visita.
    He leído este texto y me he quedado un poco contrariado. Tocas un tema que está relacionado con la cultura religiosa de los pueblos caribeños, de esos que tuvieron alguna vez presencia africana. Como cubano que soy, toda esta cultura corre por mis venas, y bueno, como conocedor de estos temas, te digo que siento en tus palabras la visión del foráneo que se acerca a mirar este complejo fenómeno y se lleva unas cuantas ideas, y en algunos casos distorcionada.
    Veo que usas la palabra Oricha, y Santero, casi como sinónimos, cuando realmente no deberías pues son dos cosas diferentes. Un Oricha es un santo, y el santero es el sacerdote de la religión, y aunque un Oricha puede poseer a un santero, esto no ocurre por lo general, cuando el santero está haciendo por ejemplo, un "trabajo" de limpieza, y en el texto no se habla de que el santero estuviera poseído.
    Luego, haces referencia a una serie de procederes del santero, que no tengo por dónde cogerlos. Actos que desde mi punto de vista has malinterpretado y que desde luego, cada una de estas acciones tienen una justificación que no son las que tú apuntas ni se realizan exactamente como las has descrito.
    Luego, hablas de que la gente se acerca al santero con miedo. Realmente no es así. Los santeros son seres muy queridos. Por lo general lo que siente un creyente ante un santero, es algo parecido a lo que siente cualquier creyente de cualquier religión en presencia de su sacerdote. La gente busca seguridad en un santero, y ellos aportan eso, seguridad.
    También usas la palabra brujo como sinónimo de santero. No es que esté del todo mal, pero seguramente que un escritor cubano tendría cuidado con este término porque en Cuba, por ejemplo, se le llama brujo al prácticante de la Regla Conga, o Palería, y no a un sacerdote de la Santería, o Regla de Santos, pues son dos religiones diferentes.
    Bueno, lo dejo aquí. Espero que no te tomes a mal mis palabras. Creo que con estas aclaraciones e intercambios crecemos todos. Un abrazo:
    Tadeo

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  5. Mí estimado José:
    El instinto me dice que llevo caminando por la vida mucho antes de que usted diera su primer grito de guerra. Los dos somos cubanos, los dos conocemos nuestra historia y nuestras tradiciones, los dos, por naturaleza humana, interpretamos los eventos y las costumbres de la manera que nos llegaron. No me cabe duda que lo llevamos en la sangre. Yo, por haber estado casado con una mujer de la religión que aún la practica en Nueva York. Usted por sus razones personales que le han hecho reaccionar al contenido de un simple relato humorístico dirigido a una audiencia neófita (en términos generales) que sólo le interesa la gramática y la sintaxis y mi capacidad para extraerle una sonrisa.
    Si he ofendido su sensibilidad, le pido perdón y le aseguro que no hubo ninguna intención de burla o desprecio, simplemente mi manera de expresar las hojas de mi árbol en el invierno de mi vida. Me gustaría saber que me seguirá leyendo y que puedo contar con su contribución para adornar uno de mis blogs.
    Con todo el cariño que siempre reservo para mis compatriotas,

    Marco Antonio Peña
    arenadecaracoles.blogspot.com
    ojosdelibro.blogspot.com
    mensajesalavida.blogspot.com

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  6. Querido Marco Antonio.
    Me alegra mucho saber que eres cubano como yo. Te escribo sobre todo para dejarte claro que para nada me sentí ofendido o herido en mi sensibilidad.
    Si te escribí del modo en que lo hice, fue porque creí ver en tus palabras, más que un acercamiento de un cubano al tema afrocubano, un acercamiento de un extranjero a este mismo tema. Hablé más por precisar esos detalles que ya comenté, en aras de aclarar y echar un poco de luz sobre el complicado mundo de las religiones populares cubanas.
    Tal vez me toque de cerca este tema, más que por cubano, por haberme dedicado a estudiar a fondo estos temas, pues me gradué de Licenciatura en Historia, en la Universidad de la Habana y me dediqué a estudiar fundamentalmente, las religiones populares cubanas. Mi libro EL ESPIRITISMO EN CUBA, (en proceso de publicación en una oscura editorial argentina, que ya me tiene hasta la coronilla) es un libro de referencia en Cuba y es citado normalmente por los estudiosos de estos temas. En él trabajé con el célebre Doctor Sosa, el de Escriba y Lea, y quien ya no nos acompaña desgraciadamente, pues fue mi mentor y mi amigo.
    Luego, he aprendido sobre santeria, palería, espiritismo y otras reglas afrocubanas, por relación familiar con estos temas. He practicado todas estas religiones y me he relacionado con muchos santeros, paleros espiritistas y yo mismo vivo de trabajar como vidente aquí en España, así que sé un poquito de lo que hablo. Incluso, siendo aún un estudiante de cuarto año de la carrera, mis profesores de religión me permitieron que trabajara en la confección de una enciclopedia temática sobre Cuba, en el tomo relacionado con las religiones en la isla. Esta enciclopedia estuvo financiada por la universidad norteamericana de Notre Dame, Indiana.
    Así que después de tanto tiempo estudiando sobre estas temáticas, entenderás mejor por qué al leer tus palabras, "saltara" a la primera y me sintiera impelido a puntualizar ciertas cosas. Pero reitero, entiendo perfectamente lo que me dices, y créeme, no hay motivo para que nos sintamos incómodos.
    Creo en todo caso, que mi deber es pedirte perdón, si mis palabras te parecieron desatinadas. Te mando un fuerte abrazo.
    Observa que te he tuteado, así por favor, te agradecería que hicieras lo mismo conmigo. Otro abrazo:
    Tadeo

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  7. Muy instructivo señores, un placer aprender de ustedes. Un abrazo

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