sábado, 23 de febrero de 2013

El espectro del hambre se ha instalado a las puertas de los supermercados en España. No entiende de raza ni de color y toma la forma de mujeres suplicantes y de hombres que han perdido las ganas de vivir. También la consciencia humanitaria de los que aún no hemos descendido a esos abismos se ha manifestado en defensa de los desamparados y atemorizados por lo que ven, depositan en las bolsas de las tristes criaturas, pan, leche y otros menesteres de primera necesidad para aliviar el drama de la tragedia.

Qué poca calidad humana profesan aquellos que nos representan cuando permiten que el estado de degradación llegue hasta el punto en que al pasar frente a una frutería veas un rostro que vagamente reconoces hurgando entre los desechos de frutas y vegetales, buscando algo que comer.La desconfianza, el rencor y la confusión ahora se sientan en el entorno familiar. Aquellos que nos gobiernan han perdido el llavero de donde cuelga la credibilidad y no se sabe adónde nos lleva la marea de promesas que nos sirven en los medios de comunicación.

Mientras tanto, en las puertas de los supermercados entre los que hurgan los desechos de las fruterías, en los albergues y los comedores sociales la realidad es patética, alguien se está robando la dignidad de miles de seres humanos que no vislumbran la mano que les señale a los malhechores y aún menos el milagro que los expulsaría de las altas esferas del gobierno.

El aire se ha enrarecido y la desgracia se ha vuelto el plato de costumbre. Sigamos pues nuestro camino de indulgencias repartiendo mendrugos de pan a los que merodean los supermercados y Dios quiera que nuestro turno para enfrentar esos cajones de las fruterías tarde una eternidad.

Marco Antonio

7 comentarios:

  1. Raphaela comenta:

    ¿Qué decirte, Marco? La indignación hacia la clase política es inmensurable. No hay derecho a que sigan viviendo tranquilos con sus vidas bien repletas de lo necesario y mucho más, cuando sus conciudadanos padecen lo que padecen. Las últimas frases tuyas parecen un ruego, casi una oración. Que nadie más tenga que sumarse a los que piden alimento como limosna y que pronto empiecen a ser cada vez menos los que se vean obligados a hacerlo. Un abrazo.

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  3. Mi querida Raphaela:
    Desde mi ventana puedo ver la entrada de un supermercado. Todas las mañanas apostados como almas en pena tres personas se aferran a la ilusión de que en esta ciudad aún quedan almas caritativas. ¡Y sí que las hay! Porque a la caída de la tarde estas personas se retiran con bolsas repletas de alimentos para regresar a la mañana siguiente con la misma incertidumbre y una plegaria reflejada en sus ojos.
    Nuestro cariño siempre

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  4. Rafaela ya dijo lo que yo diría. Pero te puede ella decir que nosotros ese panorama ya lo hemos visto y vivido. Nuestra clase política- argentina- da subsidios por cantidad de hijos más hijos un poco más. no es solución por el contrario están creando vagos al ser humano hay que dignificarlo enseñándole a trabajar.
    Es tremendo sé para ti y para la gente que gracias a Dios está en pie, ver a sus hermanos pidiendo , es tremendo doloroso. ¿que ha sucedido amigo? ¿Que gobernantes han llenado sus bolsillos , o han sido inexpertos a tal punto de vender el alma?
    Tengo una amigo (español) perdió su trabajo de profesor, está destruído extraña a sus alumnos y por lo menos puede enseñar algo particularmente pero está destruido. como el familias separadas. El en un lado ella a miles de km por trabajo para subsistir. Gente que regresa a argentina que vivió aquí que es casi argentina pero nació en España y vivió mucho allí se viene porque sus familiares los ayudarán.
    Es tremendo mi querido amigo, tremendo. Doloroso y sinceramente no sé donde irá a para este mundo tan mal gobernado por gente que no tiene verguenza. Un abrazo.

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  5. Marco Antonio responde:

    Y te preguntarás de donde sale tanta insensibilidad a la miseria y el dolor ajeno. Al parecer la mayoría de los que descubren el camino al liderato y a la gloria del poder... se pudren.
    La enfermedad es una especie de lepra que les devora la consciencia,oscurece los ideales y supura un egoísmo que despersonifica. Me pregunto si todo esto es genético.

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  6. Raphaela responde:

    He visto alguna vez cosas parecidas. Hace unos diez años, aquí. Tal vez era peor porque se veia a la madrugada, cuando los restaurantes cerraban,a la gente esperando por las bolsas de comida sobrante, que normalmente se tiraban ¡a la basura! Es tristísimo. No es digno de la condición humana que haya una sola persona que no disponga de un plato de comida logrado sin que se afecte su dignidad.


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  7. Marco Antonio comenta:

    Es evidente que el sol sale para todos, pero muchos no lo ven, a otros les falta el incentivo o la motivación para contemplarlo si el hambre les revuelve las tripas y la miseria les va comiendo la esperanza.

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